PÉTREO
Poder o no, manejar aquella ansiedad de un sábado desolador.
Que la combinación psíquica adelante tu reloj mental varias horas antes, ser
parte de un apasionado desencuentro con el pasado, que cuantas veces; quisiera
uno, hubiese sido quimérico y no sufrir, buscar esa salida a través del poder
de la ficción.
¿Y qué es ficción? Ficción es la muerte, ya no hay nada qué
hacer, cada día se uno se sume más en el delirio y la desesperación, querer…querer,
para qué querer…
Me llamo “Noviembre” y he ido festejando mi inocencia a lo
largo de esta vida, me han insultado y lastimado el corazón, a tal punto de que
la gente, cuando más notoria se hacía mi “desinterés” me llamaban frío,
insensible, duro, cruel, simplemente se decepcionaban de mí, cuando solitario
caminaba por las calles, sin amigos, sin personas a las cuales contar lo que me
pasa –nadie lo hizo-. Mi profunda incomodidad con esta época ha sido el motor
principal para alejarme de las personas, es decir; que aunque siempre he sido
un buen oyente y he prestado mucha atención, poco de ellos recibí, y es que es
una durísima derrota mía no poder, si quiera que con los que más haya querido
en toda mi vida, no haberles hecho notar mi profundo aprecio y amor. Habiéndolo
dado todo y más (hasta el éxtasis de las lágrimas que queman), para que luego
ni sepan quién soy o quién he sido en su vida. Me llamo “Noviembre” y he estado
todo este tiempo esperando a que esto suceda, sólo para después se me rompa el
alma.